El niño de ojillos
tristes
Déjame parte de esa luz,
De esa sonrisa de noche
abierta,
Arrópame entre nubes
negras,
De seda, de aguas, de
estrellas.
Ciérrame los ojillos
tristes,
Del niño que ha tenido que crecer,
Y báilame en tu tierra de
polvo blanco,
Hasta erizarme el alma.
Cuéntame historias
antiguas y extrañas,
Hasta de llenar de sonrisas
mi cama,
Y después dame un besito
de buenas noches,
Y duérmete conmigo hasta
que llegue el alba.
ANGEL TIJERIN PEREZ
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